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domingo, 3 de marzo de 2013

Pero el zorro volvió a su idea:- Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de los demás. Los otros pasos me hacen esconder debajo de la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, mira: ¿Ves allá los campos de trigo? Yo no como pan, por lo tanto los campos de trigo no me recuerdan nada. Para mi el trigo es inútil. ¡Es muy triste!, pero tú tienes los cabellos dorados. ¡Será maravilloso cuando tú me hayas domesticado! El trigo dorado hará que me acuerde de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...
Al día siguiente el Principito volvió.
-Hubiera sido mejor que volvieras a la misma hora- dijo el zorro-. Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado, inquieto, solo así descubriré el precio de la felicidad. Pero si tu vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón.

El Principito ~

viernes, 7 de septiembre de 2012

En el interior del cuaderno hay retratos de mi, firme y fuerte, con un uniforme negro. Sólo existe una persona capaz de haber diseñado el traje, que a primera vista parece muy práctico, pero que resulta ser una obra de arte: la caída del casco, la curva del peto, el ligero abullonado de las mangas que deja ver los pliegues blancos bajo los brazos... En sus manos, vuelvo a ser un sinsajo.
-Cinna- susurro.
-Si, me hizo prometer no enseñartelo hasta que decidieras por ti misma ser el Sinsajo. Créeme, ha sido una gran tentación- dice Plutarch- Venga, echa un vistazo.
Paso las páginas despacio, examinando todos los detalles del uniforme: las minuciosas capas de blindaje, las amas ocultas en las botas y el cinturón, el refuerzo especial sobre el corazón... En la última página, bajo el boceto de mi insignia de sinsajo, Cinna ha escrito: "Todavía apuesto por ti".

Sinsajo ~

sábado, 1 de septiembre de 2012

¿De cuántas formas se puede destrozar un corazón y esperar de él que continúe latiendo?

Luna Nueva ~

miércoles, 22 de agosto de 2012


    -Katniss-me dice en voz baja-, no tiene sentido seguir fingiendo que no sabemos lo que pretende el otro. No sé qué trato habrás hecho con Haymitch, pero deberías saber que también a mi me hizo algunas promesas.
    Claro, eso tambén lo sabía: le dijo a Peeta que me mantendrían con vida, para que él no sospechara.
    - Así que podemos afirmar que mentía a algunos de los dos-concluye.
    Eso logra captar mi atención: un trato doble, una promesa doble, y sólo Haymitch sabe cuál es la real. Levanto la cabeza y miro a Peeta a los ojos.
   - ¿Por qué me lo cuentas ahora?
   - Porque no quiero que olvides lo distintas que son nuestras circunstancias. Si mueres y yo vivo, no quedará nada para mí en el Distrito 12. Tú lo eres todo para mi-me dice-. Nunca volvería a ser feliz- Empiezo a protestar y él me pone un dedo en los labios-. Para ti es diferente. No digo que no sea duro, pero hay otras personas que harán que tu vida merezca la pena.
    Se saca la cadena con el disco dorado que lleva colgada al cuello y la sostiene bajo la luz de la luna, para que vea con claridad el sinsajo. Después pasa el pulgar por una cierra que no había notado antes y el disco se abre. No es sólido, como yo pensaba, sino un medallón, y dentro hay fotos. A la derecha están mi madre y Prim riéndose, y, a la izquierda, Gale. Y sonríe de verdad.
    No hay nada en el mundo que pueda vencerme tan deprisa en estos momentos que esas tres caras. Después de lo que he oído esta tarde... es el arma perfecta.
    -Tu familia te necesita, Katniss -me dice Peeta.
    Mi familia. Mi madre, mi hermana y mi falso primo Gale. Sin embargo, la intención de Peeta está clara: que Gale es realmente mi familia, o que lo será algún día, si vivo; que me casaré con él. Asi que Peeta me entrega su vida y a Gale a la vez, para hacerme saber que no debo dudar nunca al respecto. Todo. Eso es lo que Peeta quiere que le quite.  
    -En realidad, a mi no me necesita nadie-afirma, aunque sin compadecerse. Es cierto que su familia no lo necesita. Llorarán por él, igual que unos cuantos amigos, y después seguirán adelante. Incluso Haymitch, con la ayuda de un buen montón de licor blanco, seguirá adelante. Me doy cuenta de que sólo una persona quedará herida sin remedio si Peeta muere: yo.
    Yo-respondo-. Yo te necesito.

En Llamas ~

viernes, 6 de julio de 2012

Sé lo infeliz que eres, y tal vez esto no te ayude en nada, pero quiero que sepas que siempre estaré aquí. No voy a dejarte caer, te prometo que siempre podrás contar conmigo. Guau! Sí que suena cursie! Pero lo sabes ¿no? ¿Sabes que nunca jamas te voy a hacer daño?
Eclipse ~

miércoles, 21 de diciembre de 2011

- Entonces – dijo Dumbledore – tengo algunos puntos de último momento para agregar. Dejenme ver. Si… Primero para el señor Ronald Weasley por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts haya visto en años, premio a la casa de Gryffindor con cincuenta puntos.
Segundo… a la señorita Hermione Granger… por el uso de la fría lógica al enfrentar el fuego, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos.
Tercero… al señor Harry Potter… - continuó Dumbledore - …por todo su temple y sobresaliente valor, premio a la casa Gryffindor con sesenta puntos.
Hay todo tipo de valentía - dijo sonriendo Dumbledore – Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para respaldar a los amigos. Por lo tanto, premio con diez puntos al señor Neville Longbottom

~Harry Potter y la Piedra Filosofal.
Miró otra vez al espejo. Una mujer justo detrás de su reflejo le sonreía y lo saludaba con la mano. Harry levantó una mano y tocó el aire a sus espaldas. Si ella estaba realmente allí, debía poder tocarla, sus reflejos estaban tan cerca, pero sólo sintió aire… ella y los otros existían sólo en el espejo.
Era una mujer muy linda. Tenía cabello rojo oscuro y sus ojos… “sus ojos son como los míos”, pensó Harry, acercándose un poco mas al espejo. Verde brillante, exactamente la misma forma, pero entonces notó que ella estaba llorando, sonriente pero llorando al mismo tiempo.  El hombre alto, delgado, de pelo negro, de pie al lado de ella, le pasó el brazo por los hombros. Usaba anteojos y su pelo estaba muy alborotado. Y se le ponía tieso en la parte posterior, igual al de Harry.
Harry estaba tan cerca del espejo que su nariz casi tocaba su reflejo.
-          ¿Mamá? – susurró - ¿Papá?
Entonces lo miraron, sonriendo. Y lentamente, Harry fue observando los rostros de las otras personas y vio otro par de ojos verdes como los suyos, otras narices como la suya, incluso un hombrecito que parecía tener las mismas rodillas nudosas de Harry. Estaba mirando a su familia, por primera vez en su vida.
Los Potter sonrieron y agitaron las manos y Harry permaneció mirándolos anhelante, con las manos apretadas contra el espejo, como si esperara pasar al otro lado y alcanzarlos. En su interior sentía un poderoso dolor, mitad alegría y mitad tristeza.

~Harry Potter y la Piedra Filosofal.
- ¿En qué estaban pensando, por todos los cielos?- dijo la profesora McGonagall, con una furia helada. Harry miró a Ron, todavía con la varita levantada.- Tienen suerte de que no los haya matado. ¿Por qué no estaban en los dormitorios?
Snape dirigió a Harry una mirada aguda e inquisidora. Harry clavó la vista en el piso. Deseó que Ron pudiera esconder la varita.
Entonces, una vocecita surgió de las sombras.
-Por favor, profesora McGonagall... me estaban buscando a mí.
- ¡Señorita Granger!
Hermione finalmente se había puesto de pie.
- Yo vine a buscar al monstruo porque yo...yo pensé que podía vencerlo, porque, ya sabe, había leído mucho sobre ello.
Ron dejó caer su varita. ¿Hermione Granger diciendo una mentira a su profesora?
- Si ellos no me hubieran encontrado, yo ahora estaría muerta. Harry le clavó su varita en la nariz y Ron lo hizo golpearse con su propio bastón. No tuvieron tiempo de ir a buscar ayuda. Me estaba por matar cuando ellos llegaron.
Harry y Ron trataron de no poner cara de asombro.
-Bueno... en ese caso... - dijo la profesora McGonagall, contemplando a los tres niños- Hermione Granger eres una tonta. ¿Cómo creías que ibas a derrotar a un monstruo gigante sola?
Hermione bajó la cabeza. Harry estaba mudo. Hermione era a ultima persona que haría algo contra las reglas, y allí estaba, fingiendo que había quebrantado todas las reglas, para librarlos a ellos del problema. Era tan increible como si Snape empezara a repartir caramelos.
[...]
La sala común estaba llena de gente y ruidos. Todos comían lo que les habian subido. Hermione, sin embargo, estaba sola, cerca de la puerta, esperándolos. Se produjo una pausa incomoda. Luego, sin mirarse, todos dijeron: "Gracias" y corrieron a buscar platos para comer.
Pero desde ese momento, Hermione Granger se convirtió en su amiga. Hay algunas cosas que uno no puede compartir sin terminar unido, y derrumbar un monstruo de tres metros y medio era una de esas cosas.

~Harry Potter y la Piedra Filosofal.

martes, 20 de diciembre de 2011

- Wingardium Leviosa- gritó Ron, agitando sus largos brazos como un molino.
- Lo estás diciendo mal- Harry oyó que Hermione lo retaba. - Es Win-gar-dium Levi-o-sa. Pronuncia gar mas largo y mas claro.
-Dilo tú, entonces, si eres tan inteligente- dijo Ron enojado.
Hermione se arremangó las mangas de su túnica, agitó la varita y dijo las palabras magicas.
La pluma se elevó del pupitre y llegó hasta mas de un metro arriba de su cabezas.

~Harry Potter y la piedra filosofal.

Hermione se puso de pie, mirándolos indignada.
- Espero que estén complacidos con ustedes mismos- Nos podrían haber matado. O peor, podrían habernos expulsado. Ahora si no les importa, me voy a la cama.
- Esta chica necesita ordenar sus prioridades- Dijo Ron a Harry.

~Harry Potter y la Piedra Filosofal.
Te enfrentaré cuando quieras- dijo Malfoy- Esta noche si quieres. Un duelo de magos. Sólo varitas, nada de contacto. ¿Qué sucede? nunca oíste hablar de duelo de magos, ¿no?
- Por supuesto que sí- intervino Ron- Yo soy su segundo, ¿Cuál es el tuyo?
- Crabbe - respondió - ¿A medianoche, está bien? Nos encontraremos en el salón de trofeos, está siempre sin llave.
Una vez que Malfoy se fue, Harry y Ron se miraron.
- ¿Qué es un duelo de magos?- Preguntó Harry - ¿Y qué quiere decir que seas mi segundo?
- Bueno, un segundo es el que se hace cargo si te matan- Respondió Ron sin darle importancia. Al ver la expresion de Harry, agregó rapidamente : - Pero la gente sólo muere en duelos reales, ya sabes, con magos de verdad. Lo más que pueden hacer Malfoy y tú es lanzarse chispas uno al otro. Ninguno sabe suficiente magia para hacer verdadero daño.
- ¿Y si levanto mi varita y no sucede nada?
- La tiras y le das un puñetazo en la nariz.- Sugirió Ron.
-Disculpen.
Los dos miraron, era Hermione Granger.
-¿No se puede comer en paz en este lugar?- preguntó Ron.
Hermione no le contestó y habló con Harry.
- No pude dejar de oír lo que tú y Malfoy estaban diciendo...
- Por supuesto- murmuró Ron.
-... y no debes andar por el colegio de noche, piensa en los puntos que perderás para Gryffindor si te atrapan, y lo hará. Es realmente muy egoísta de tu parte.
-Y realmente no es asunto tuyo - respondió Harry.
-Adiós- agregó Ron.

~ Harry Potter y la piedra filosofal.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Justo acababa de levantar su varita, cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había regreseado el chico del sapo, pero traía una niña con él. La jovencita ya llevaba la túnica de Hogwarts. 
-¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno- dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de adelante bastante largos.
-Ya le dijimos que no lo vimos- dijo Ron.
- ¿Oh, estás haciendo magia? Entonces me quedo para ver.
Ron pareció desconcertado. Se aclaró la garganta.
-Rayo de sol, margaritas, vuelvan amarilla a esta tonta ratita. 
Agitó la varita pero no sucedió nada. 
¿Estás seguro de que es el hechizo adecuado?- preguntó la niña- Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos simples, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí la carta, pero también estaba muy complacida, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de hechicería, por lo que sé. Ya me aprendí todos los libros de memoria, por supuesto; espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y ustedes quiénes son?
Harry miró a Ron y se calmó al ver su rostro aturdido de que él tampoco se había aprendido todos los libros de memoria.
-Yo soy Ron Weasley- Murmuró Ron.
-Harry Potter- se presentó Harry.
-¿Eres tú realmente?- dijo Hermione- Sé todo sobre ti. [...] ¿Ustedes saben a qué casa van a ir? Estuve preguntando por allí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de lejos; oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y ustedes dos deberían cambiarse ya, vamos a llegar pronto.
-Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté- Respondió Ron 


~Harry Potter y la piedra filosofal.
-Mi querida profesora, con seguridad que una persona sensata como usted puede llamarlo por su nombre, ¿verdad? Toda esa tontería del Innombrable... durante once años intenté persuadir a la gente para que lo llamara por su verdadero nombre: Voldemort. Todo se volverá muy confuso si seguimos diciendo "el Innombrable" Nunca encontré la razón para tener miedo de decir el nombde de Voldemort.
- Sé que usted no tiene ese problema- Observó la profesora McGonagall- Pero usted es diferente. Todos saben que usted es el único al que el Innomb.. oh, bueno, Voldemort, tenía miedo. 
-Me está halagando. Voldemort tenía poderes que yo nunca tuve.
-Sólo porque usted es demasiado.. bueno.. noble para utilizarlos. 
- Que suerte que está oscuro, nunca me ruboricé tanto desde que Madam Pomfrey me dijo que le gustaban mis nuevas orejeras. 

~Harry Potter y la piedra filosofal.