jueves, 15 de diciembre de 2011

Justo acababa de levantar su varita, cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había regreseado el chico del sapo, pero traía una niña con él. La jovencita ya llevaba la túnica de Hogwarts. 
-¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno- dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de adelante bastante largos.
-Ya le dijimos que no lo vimos- dijo Ron.
- ¿Oh, estás haciendo magia? Entonces me quedo para ver.
Ron pareció desconcertado. Se aclaró la garganta.
-Rayo de sol, margaritas, vuelvan amarilla a esta tonta ratita. 
Agitó la varita pero no sucedió nada. 
¿Estás seguro de que es el hechizo adecuado?- preguntó la niña- Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos simples, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí la carta, pero también estaba muy complacida, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de hechicería, por lo que sé. Ya me aprendí todos los libros de memoria, por supuesto; espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y ustedes quiénes son?
Harry miró a Ron y se calmó al ver su rostro aturdido de que él tampoco se había aprendido todos los libros de memoria.
-Yo soy Ron Weasley- Murmuró Ron.
-Harry Potter- se presentó Harry.
-¿Eres tú realmente?- dijo Hermione- Sé todo sobre ti. [...] ¿Ustedes saben a qué casa van a ir? Estuve preguntando por allí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de lejos; oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y ustedes dos deberían cambiarse ya, vamos a llegar pronto.
-Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté- Respondió Ron 


~Harry Potter y la piedra filosofal.

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